Los expertos calculan que el 80% de las personas que sufren osteoporosis u
osteopenia están sin diagnosticar. Generalmente los síntomas no se manifiestan
hasta que ya hay una degeneración del hueso y el riesgo de padecer una fractura
ya está latente, razón por la cual se le denomina “la enfermedad silenciosa”.
¿Qué
es la osteoporosis y qué la produce?
La
osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de los
minerales del hueso, lo cual genera fragilidad y por consiguiente, riesgo de
fractura.
Después
de los 40 años, los hombres, pero sobre todo las mujeres, sufren una pérdida
acelerada de la masa ósea. Esta dolencia, debido a que pierden progresivamente
minerales que determinan su densidad, hace que los huesos sean más frágiles y
quebradizos.
La
osteopenia, que se considera un estado normal de envejecimiento y no
enfermedad, es un grado menos avanzado de la osteoporosis y nos dice en voz
alta que debemos cuidarnos.
Los
principales factores que producen la “epidemia silenciosa” pueden ser
hereditarios, pero también influyen menopausia prematura, abuso de medicamentos (como
cortisona, antiepilépticos u hormonas tiroideas) y por
supuesto los hábitos de vida:
·
Dietas
pobres en calcio y/o vitamina D
·
Excesivo
consumo de alcohol, tabaco o café
·
Sedentarismo
¿Qué
hago para no sufrir la enfermedad?
La
mejor forma de no sufrirla, es sin duda alguna, la prevención desde la niñez.
Su mayor foco debería hacerse en chicos y chicas en edad adolescente, de entre los 13 y los 17 años para ellos, y
entre los 11 y los 14 para ellas.
Según
el profesor Karim Khan, gran especialista en la materia, el ejercicio es la
única terapia que ha demostrado efectos simultáneos sobre la disminución de la
masa ósea, la ganancia de fuerza, el incremento de la masa muscular y el
equilibrio, todos ellos, son factores que se relacionan con el riesgo de sufrir
fracturas. Los puntos más frecuentes de fractura son la muñeca, columna y
cadera.
La
Asociación Española contra la Osteoporosis alerta de que un 20% de los ancianos
que sufren una fractura de cadera fallecen en los seis primeros meses. Del
resto, muchos de ellos quedan parcialmente incapacitados debido a su pérdida de
autonomía. Esto conlleva un elevadísimo gasto sanitario y genera auténticos
trastornos en los cuidadores de los mayores y merma su bienestar psicosocial al
convertirse en personas dependientes.
Si
tienes hijos te recomendamos que los introduzcas, de tres a cinco veces por
semana, en actividades deportivas tales como fútbol, baloncesto, voleibol, gimnasia
artística o aquellas que impliquen
saltos e impactos repetitivos, pues podrían ser los mejores aliados para el
fortalecimiento de los huesos y su mantenimiento en la edad adulta.
Si
tienes osteopenia o quieres mantener una adecuada salud ósea en la madurez, un
entrenador cualificado decidirá los ejercicios que mejor te convengan que,
paradójicamente para la prevención, pueden incluir desde saltos a la comba, deportes
de raqueta, hasta carrera continua, o actividades que impliquen impactos, complementados
siempre con ejercicios específicos para fortalecer la musculatura que rodea y
protege los huesos. Decimos paradójicamente porque quizás, lo natural sería
pensar que si tienes osteopenia, saltar podría producirte un riesgo de
fractura, pero lo cierto es que esos saltos, bien pautados por un profesional
de la actividad física y el deporte, harán que los huesos ganen minerales y se
vuelvan más fuertes, o al menos frenen el proceso degenerativo que conduce
hacia la enfermedad.
El
efecto de un buen plan de entrenamiento, por lo general, requerirá un mínimo de
9 a 12 meses para que se refleje positivamente en futuras densitometrías
(pruebas médicas para determinar la densidad mineral ósea).
¿Y
si ya tengo osteoporosis?
Un
programa de entrenamiento para una persona afectada por osteoporosis tendrá
como principales objetivos incrementar o mantener las actividades de la vida
diaria, disminuir el riesgo de caídas, mejorar la postura, la agilidad, la flexibilidad,
fuerza y la movilidad del afectado, así como mantener los niveles de masa ósea
y frenar el proceso degenerativo del hueso. Para ello se podrán hacer
ejercicios con bandas elásticas, máquinas de gimnasio, trote, caminatas,
actividades aeróbicas en el agua o ejercicios que impliquen el propio peso
corporal, como por ejemplo sentarse y levantarse de una silla correctamente,
ejercicio que nos parecen, por su la transferencia directa sobre la fuerza y
agilidad y presencia en las acciones cotidianas de la vida diaria, de los más
funcionales y productivos que existen.
Por
todo lo anterior expuesto, recomendamos
la práctica de la actividad física regular, mantener una dieta variada y
equilibrada con los aportes de calcio y vitamina D adecuados, exponerse al sol entre
10 y 15 minutos evitando las horas centrales del día al menos 3 veces por
semana, así como no fumar ni tomar bebidas alcohólicas o estimulantes en
exceso.
Si
tienes más de 40 años, sobre todo si eres mujer y menopáusica, acude a tu
médico especialista para determinar si sufres osteopenia u osteoporosis. Por lo
general, se te hará una densitometría y si fuera necesario se te pautará un
tratamiento farmacológico, que deberás combinarlo con una mejora en los hábitos
de vida.